martes, 19 de noviembre de 2013

Seis amigos, un dominó y cuatro sillas vacías






Hugo y Ernesto fueron los primeros
Entre cacho seis y bordando los setenta
Torito y Patricio, un buen día los siguieron
Y aquí, Pedro y yo, dos viejos testarudos
Sentados junto a estas cuatro sillas vacías.

Con el pucho humedecido entre labios
Y seis huesos de dominó a palma de mano
Golpeamos con frenesí la mesa
Mientras en silencio clamamos presencia
Alzamos nuestras copas y brindamos

Y en el fondo del corazón, cuando
Nuestras cansadas miradas se cruzan
Nos consuela la curiosidad y el anhelo
De no saber cuál de estos dos cochinos
Con la odiosa “pelada” tras oreja… partirá primero.   (Fransel)

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