martes, 19 de noviembre de 2013

La Pampilla






Recuerdo aquella tarde de septiembre, días después de haber arribado a mi añorado puerto. Cuando mi alma atrapada por un viento dieciochero, surcando cual volantín el alto cielo; descubría en el otro extremo y aferrada inocentemente al carrete... a mi niñez ya ida, corriendo alegre detrás de mi. (Fransel)



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