Como se nos va
la vida, como nos llueven los años. Como llegan los inviernos y la nieve no se
detiene. Algunos cubren con tintes su pelo, mientras que otros se aferran al
tronco de la esperanza, entre caudales de consuelo.
Hay que admitir
que ya no somos los mismos, el tiempo va dejando sus marcas en las expresiones
y dos o tres tallas de más, debajo de la
camisa o blusones.
Y aquí… tu y yo solos, sentados frente a frente en
este viejo sillón, mirándonos cara a cara; tratando de descubrir aquel brillo
de ilusión de juventud, escondido en algún lugar de nuestras pupilas. Para reinventarnos nuevamente e
intentar volver a vivir ese amor, que interrumpido por la crianza de nuestros
hijos, un buen día se nos fue. (Fransel)
El barrio de Nordnes - Bergen
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