La increíble historia de Ferdinando el cocinero
Ferdinando se crió en un pueblo inventado del norte de la vieja
Italia.
En su pueblo todos tienen los ojos negros y achinados, aunque él
nació con unos grandes, redondos y tristes ojos azules.
En ese pueblo se inventaron los calistres, la pasta de la que todas
las abuelas recuerdan el nombre y cocinan a sus abuelos.
Ferdinando ahora vive en un hotel sin techo en el pirineo catalán
que reconstruyen viajantes de todo el mundo que vienen atraídos por su fama de
cocinero.
Ferdinando comprendió desde bien pequeño que la mejor manera de
seducir a las personas era mediante el paladar. Por eso cada vez que va al
mercado donde suele comprar a diario regala caramelos aromáticos a todos los
niños que le esperan en la puerta.
Lo que más sorprende de Ferdinando es que se duerme a menudo.
Lo hace con la deliberada intención de soñar el plato que cocinará al día
siguiente, hace tiempo que aprendió que hacer realidad los sueños, aunque sea
cocinando, es el motivo de su existencia.
Empanadas y Pebre Chileno.
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