Negro el veinte

En el casino del cielo, en la que todos llaman ruleta celestial, se sortean padres a todos los angelitos que a la tierra bajarán. Las cuentas de ahorro y reglas del juego son claras y precisas; una vez en el mundo, no las podrás cambiar.

Los padres que te ganes, los tienes que aceptar, aceptar que es así y solo así será. Ya sea para bien o para mal, con eso nada podrás hacer.

Pero vislumbrar tu futuro, proyectarte en el tiempo e imaginarte donde quieres verte dentro de algunos años, con eso, mucho puedes hacer. Porque es algo que está en tus manos y estas armado con las facultades suficiente para lograrlo.

Nunca olvides de dónde vienes, recuerda que estas dotado con alas para volar entre las nubes y a ras de suelo, para elevarte por encima de las rocas que se te crucen en el camino, para regresar a tus orígenes en busca de esperanza, coraje o consejo. Para volar en ayuda de aquellos angelitos que confundidos y decepcionados por sus malas y tristes experiencias en este mundo, olvidaron sus alitas en algún recodo del camino.

Recuerda que cuando a tu nido celestial regreses, solo el bien que a otros hicisteis, se cargarán a tu cuenta con intereses. 

!Y si alguna vez a la tierra quieres regresar, no te olvides que solo las buenas obras, a tu cuenta ruletera podrás depositar!       (Fransel)