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Somos como el día y la noche, como
la tierra y el cielo, como el agua y el fuego. Somos la risa y el llanto, la
alegría y la pena. Somos el amor y el odio, las causas malas y también… las
buenas.
Somos el amanecer
de pensamientos que inunda el corazón de alegría, y la oscuridad de los actos
que llena el alma de pena. La fuente de agua cristalina que fluye de un manantial
eterno y calma la sed de odio, como también, la ardiente lava de emociones que arrasa
la tierra fértil.
Somos esa lucha
eterna, entre sentimientos buenos y de los otros; la tempestad y la calma.
Somos el amor desbordado de la madre que
consuela y la ignorancia violenta que la sabiduría condena. Somos espíritu y
mente, somos cuerpo y actos. Somos la reacción que destierra al alma y somos…
un alma buena.
El camino hacia
el desarrollo está lleno de espinas y piedras, como también de blanca arena. La
elección es libre y nadie condena. La luminosidad de nuestras intenciones
siempre se reflejará en una luna llena. Nada está oculto y nada se esconde,
somos el árbol y la simiente durmiendo bajo tierra.
Somos el trino
de las aves en la quietud del bosque y también… el furioso rugido del león
herido. Somos la paz y la guerra. Somos el pan fresco sobre la mesa y las
migajas esparcidas por el suelo. Somos isla y continente. Somos el
que juzga y es juzgado, el que une y segrega.
Y cuando a
nuestro último anden lleguemos, después de una vida haber vivido; ya no
podremos desandar lo caminado, para reparar daños infligidos. Solo se tendrá que
aceptar con humildad y esperanza los designios del cielo.
La balanza de la
vida pesará nuestros actos; nuestras acciones malas y también… las buenas
intenciones.
Porque eso es,
lo que hasta ahora somos y hemos sido; un mar de pensamientos negros y también
positivos. Sol y lluvia, risa y llanto, agua y fuego, alegría y desencanto.
Y cuando al
final de nuestro viaje vislumbremos, campos de consciencia siempre florecidos y
otros eternamente desolados, entonces cuenta nos daremos… que aquel que en esta
vida crucifica, también es crucificado. (Fransel)
Una foto un tanto sicodélica de mi Crucifijo de cabecera.
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