Hasta que tu piedra no se transforme en arena,
por el acoso constante de las olas marinas.
Y la arrogancia de tus ríos vehementes
en aguas dóciles y cristalinas...
Hasta que tu árbol frondoso no pierda sus hojas,
por el asedio impetuoso de las tormentas otoñales.
Y tú egoísmo de montaña que segrega, sea el fiel reflejo,
de los espejos aglutinadores de almas sonrientes...
Hasta que tú blanca nieve no se transforme en agua de cloaca,
reprimida por el paso cotidiano de piratas y peregrinos.
Y tu hambre voraz de controlar y poseer
en la paz solidaria que brinda amistad y dejar ser...
Hasta que la oscuridad de tu noche no la ilumine,
la poesía encerrada en una luna llena.
Y tú célebre potencial de conocimientos, se diluya,
en unas simples gotas de rocío madrugador...
Hasta que el gris de tu invierno no se convierta,
en un amistoso cielo azul de verano.
Y el aserto de tu pensamiento crónico que excluye
en el suave temblor inocente de la estrella que titila...
Hasta que a tu árido desierto no lo transforme,
el agua de la comprensión eterna en un florido valle.
Y a tu corazón sediento de amor
en la fuente donde se refrescan las almas en pena...
Seguirá la lluvia del desconsuelo,
en la pradera de los corazones desilusionados
que han perdido la esperanza,
suscitando rabia y temor.
Seguirán los ríos de injusticia
bajando por las montañas de las diferencias,
con su carga de piedras
provocando dolor.
Seguirá este mundo siendo
como siempre ha sido.
Un mundo intolerante y trastornado
que no aprendió jamás de su pasado
(Fransel)
Olas despues de una noche de tormenta- Fotos tomadas en Guardamar de Segura- Alicante- España
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