sábado, 1 de febrero de 2014

Ya no será lo mismo




Ya nada será igual que antes, nada será lo mismo. La noche estrellada apesadumbrada dormirá en silencio, al no ver destellando su reflejo, desde el fondo de tus ojos profundos. El viento confuso y desorientado, vagará sin rumbo por los azules cielos, al no sentir ese aroma a besos cálidos que desprendían tus labios.
Será casi imposible desacostumbrarse a tu canto mañanero, al sabor y el cariño con que preparabas tus condimentadas comidas, a esa sublime feminidad tan tuya, como cuando sonreías mientras te pillabas el pelo.
No, ya nada será igual, igual que antes. Las olas marinas golpe a golpe vociferarán tu ausencia a orillas de playa y  cubrirán lentamente de alba espuma, tus huellas no caminadas. La mañana traviesa que pintaba de sol tu ventana, se vestirá de grises nubes al no ver más, tu silueta entre dormida sobre la cama; mientras  inquietas sombras de golondrinas, tristes volarán en busca de migajas no esparcidas.
Es y serás difícil de olvidar. Olvidarse por ejemplo, de momentos cuando abrazados, nos sorprendía impune la noche y teníamos el mismo sueño, cuando adivinabas mis pensamientos con tus rosadas flores  apuntando hacia el aposento. Cuando reíamos como niño, después de tontas peleas sin sentido. Es difícil volver a soñar y contener en el alma tanto llanto, cuando a otros cielos ha partido, a quien se ha querido tanto.

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