Aunque nos ocultemos detrás de una coraza de espinas para no demostrar
nuestros sentimientos o debilidades, para no delatar la belleza de nuestras
facultades; nada absolutamente nada se podrá
esconder ante los ojos de Dios. Esos que
ven con el corazón, con la consciencia… esos que saben muy bien que a pesar de tu
falso disfraz, fragantes flores de tu alma brotarán. (Fransel)
La flor de el quisco costero. Foto tomada en el Polvorín - La Herradura - Coquimbo-Chile
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